Análisis de Resident Evil 7: Biohazard


Con Resident Evil 7: Biohazard la saga vuelve a sus raíces y opta por el survival horror en vez de la acción para presentarnos un juego terrorífico con exploración, puzzles y la sensación de que la muerte de espera a la vuelta de la esquina que los amantes del género tanto estaban demandando.

Un poco de historia

Capcom tenía un duro reto entre manos: devolver el prestigio perdido a su saga estrella regresando al género survival horror con Resident Evil 7: Biohazard. La decisión de optar por la acción como principal característica en las entregas Resident Evil 4, Resident Evil 5 y Resident Evil 6 no había sentado bien a gran parte de los aficionados al considerar que se había perdido la seña de identidad de la franquicia.

Se intentó recuperar con mayor o menor acierto gracias a Resident Evil Revelations y Resident Evil Revelations 2 pero desde luego que por el camino hubo fracasos estrepitosos. Sí, hablamos de Resident Evil: Operation Raccoon City y Umbrella Corps. Así que la idea era clara, volver a los orígenes de la saga, optar por el miedo y la angustia en cada paso, puzzles y escasez de munición para no creernos invencibles. Con estos tres pilares nació Resident Evil 7: Biohazard.


Bienvenidos a la familia Baker

Resident Evil 7: Biohazard tiene como punto de partida un hecho que a los seguidores del género de terror les va a recordar mucho al juego de Silent Hill 2. El jugador se pondrá en la piel de Ethan, quien, después de que nuestra esposa, Mia Winters, lleve tres años desaparecida, seguirá una pista que nos revela que sigue con vida y que puede estar en una mansión en medio del bosque en Luisiana donde desde hace algún tiempo llevan produciéndose extrañas desapariciones.

De esta forma se deja a un lado los argumentos de películas de Hollywood que parecían los anteriores  juegos de la saga. Ya no somos un agente del gobierno o un miembro de una corporación medioambiental que luchaban por salvar el mundo en medio de un apocalipsis zombi. No, ahora simplemente somos un marido que busca a su esposa desaparecida, así de sencillo. Una búsqueda que no va a ser fácil cuando tengamos contacto con los miembros de la familia que habita en la mansión.


La 'adorable' familia Baker está compuesta por el sádico Jack, cabeza de familia y prácticamente invulnerable a cualquier tipo de daño, su esposa Marguerite, quien tiene una curiosa afinidad con los insectos, y su hijo Lucas, un geniecillo de la mecánica. Tres personajes que nos harán la vida imposible y vivir situaciones de auténtico terror hasta el punto de que preferirás esconderte a enfrentarte a ellos

Terror en estado puro

Recientemente Capcom indicó cuales son las claves para explicar por qué Resident Evil 7: Biohazard da tanto miedo. Una vez jugado este título, solamente se puede decir que tienen razón y que lo han clavado.

Para empezar hay que hablar de la mansión Baker, el lugar donde se desarrollará prácticamente todo Resident Evil 7: Biohazard (hay dos enclaves más pero no se citarán para evitar spoilers). Ya no estamos ante un camino prácticamente lineal por ciudades o enclaves donde no te perdías ni aunque quisieras. La mansión es mucho más pequeña si se compara con una ciudad pero ahí está la clave de que de miedo. Recorremos el mismo lugar, las mismas habitaciones y los mismos pasillos decenas de veces para avanzar en la historia pero nunca tendremos la certeza de que porque ya hayamos pasado por esa zona estamos a salvo si lo volvemos a hacer. El peligro puede venir de cualquier lado. Y si al hecho de que sea un entorno reducido le sumamos que tenemos a tres locos persiguiéndonos en todo momento, la situación puede volverse traumática.


La segunda clave del terror de Resident Evil 7: Biohazard es que en todo momento tenemos la idea de que podemos morir. En el juego tendremos armas, algunas las encontraremos con facilidad en el suelo pero para acceder a otras tendremos que avanzar mucho para obtenerlas aunque las hayamos localizado muy tempranamente. El problema es que no tendremos toda la munición que nos gustaría como en entregas anteriores para ir de sobrado y metiendo tiros a lo loco. La munición habrá que racionalizarla y mucho porque no sabes cuando volverás a tener acceso a un nuevo cargador.

A la impresión de que la muerte puede llegar en cualquier momento hay que sumarle sobresaltos inesperados, no solamente protagonizados por los Baker, que nos pondrán la carne de gallina y hará que por ejemplo encontrarnos a la vuelta de la esquina a una anciana en silla de ruedas sea terrorífico y salgamos de ahí corriendo.


Todo esto sumado al hecho de se haya cambiado la tercera por la primera persona hace que el miedo sea más personal y la sensación de que todo te está pasando a ti aumente.

En las primeras horas de juego sobre todo, hasta que no hayas cogido el ritmo, no tendrás un momento de tranquilidad, además de ser la parte en la que se junta gran parte de la tensión al ser un lugar, personajes e historia nueva.

La historia de Resident Evil 7: Biohazard dura apenas unas nueve horas si vas con la intención de explorar cada habitación y descubrir todos los secretos que esconde la mansión Baker. A esto hay que sumarle una idea sumamente acertada que ha sido la de las cintas VHS. Las cuales tras recogerlas y ponerlas en un vídeo cuentan historias adicionales sobre el pasado de los personajes y acontecimientos fundamentales para avanzar en la historia y, sobre todo, entenderla.


Elementos nostálgicos

Si se quiere volver a los orígenes de la saga era normal que se usaran en Resident Evil 7: Biohazard elementos jugables típicos de los primeros juegos. Para empezar vuelven los tan ansiados y demandados puzzles como por ejemplo poner una figura de una determinada forma para crear una sombra que permita abrir un pasadizo secreto recuperar objetos claves para poder avanzar. La idea es que haya que recoger la mansión varias veces para superar los desafíos que se nos plantean. Hay que decir que en esta ocasión los puzzles no son tan complicados como cabría esperar y que en ningún momento ha existido la sensación de no saber que hacer. De hecho el mapa es de gran ayuda.

Los puntos de guardado también recuerdan a los primeros juegos ya que las máquinas de escribir de antaño han sido sustituidos por grabadoras y vuelven los baúles donde depositar los objetos que no necesites porque una vez más tendremos un límite de espacio para llevar tanto armas como munición y objetos. Así que es fundamental saber gestionar nuestros recursos. Por ejemplo las hierbas verdes combinadas con otros objetos que encontremos harán medicinas más potentes. Aunque también se pueden existen combinaciones para obtener munición más potente


Resident Evil 7: Biohazard también tiene cabida para los coleccionables. Al margen de objetos que iremos encontrando para saber más del estilo de vida de la familia Baker, hay documentos claves para entender la historia así como monedas que se podrán canjear para obtener armas más potentes o poder destruir estatuillas Mr. Everywhere.

También se agradece la presencia de enemigos finales sin transformaciones eternas aunque hay un par de ellos que quizás están sobredimensionados, cuando juguéis a Resident Evil 7: Biohazard sabréis de quienes se tratan.


Atmósfera terrorífica

La ambientación de Resident Evil 7: Biohazard es sencillamente espectacular. El juego de luminosidad, algunas habitaciones muy iluminadas mientras que otras junto con ciertos pasillos prácticamente a oscuras, dan un realismo apabullante y una sensación de angustia que se agradece con el juego que tenemos entre manos. El entorno está cargado de objetos típicos de la vida diaria de una casa donde nada está puesto de casualidad y muestra que realmente vive ahí alguien y al mismo tiempo la decadencia de sus habitantes.

Por no hablar del apartado sonoro, haciendo que te sumerjas aún más en el terror que ofrece Resident Evil 7: Biohazard empezando por su tema principal Go Tell Aunt Rhody. Además de contar con un doblaje estupendo al castellano.

En definitiva, un apartado técnico y sonoro que hace que sea una delicia disfrutar de este terrorífico juego a 1080p y 60 FPS.


Conclusiones

Historia, jugabilidad, apartado técnico y sonoro, todas las piezas encajan perfectamente y hacen de Resident Evil 7: Biohazard un sobresaliente regreso a los orígenes de la saga tan demandado con el terror como piedra angular. No importa si has jugado a algún título de la saga ya que salvo algún que otro detalle argumental podría decirse que estamos ante un juego independiente de la historia conocida. Capcom marca un nuevo comienzo muy acertado de cada al futuro de la franquicia.

Puntuación: 9.5


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